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jueves, 27 de mayo de 2010

Audiovisual, Actualidad, Actuando


Cuando se me invitó escribir un artículo sobre el desempeño en la disciplina de actuación en Costa Rica, aplicada al área audiovisual, me dediqué a investigar sobre el tema, consultando diferentes medios y personas, para de esta manera obtener un panorama bastante amplio y objetivo sobre el asunto.

En primer lugar quiero dejar claro, que el nivel de actuación en el país es alto, hay actrices y actores muy talentosos, aplicados y que se entrenan constantemente, debido a esto han desarrollado una gran sensibilidad.

Dejando claro lo anterior, me enfocaré en el desempeño de los actores y actrices nacionales, específicamente en el ámbito del audiovisual. Al consultar a diferentes personas en el medio, desde realizadores, hasta público que asiste a las salas de cine y que gusta de ver producción nacional, todos invariablemente llegaron a una misma opinión “La actuación de los actores y actrices nacionales se siente un poco “dura” Hay una tendencia a mantener la técnica teatral. La actuación está un poco rezagada en relación a las otras profesiones involucradas en el medio audiovisual” Esto es incómodo, ya que es una parte fundamental del producto final.

En este momento existe en Costa Rica un auge en la producción de cortometrajes, videoclips, documentales, y se ha hecho un esfuerzo y un logro sin precedentes al producir cuatro largometrajes el año pasado, y este año pinta por ese mismo camino, lo que es maravilloso para todas y todos los que trabajamos, queremos o simplemente somos aficionados a este arte.

Todo lo anterior viene de la mano de una especialización del recurso humano. Existen lugares de capacitación para formar profesionales en el medio audiovisual (UCR, U Véritas, INA, y algunos otros) Además de bastantes oportunidades de especializaciones en el exterior. Por lo tanto, actualmente hay realizadores, directores de fotografía, productores, técnicos, etcétera, con conocimiento teórico y práctico de un alto nivel y experiencia internacional.

En este sentido, los actores y actrices del país carecemos de una especialización en el medio audiovisual, aunado a esto: las pocas horas prácticas que tenemos actuando ante la cámara.
Conversando con varios actores y actrices profesionales, sobre el tema, supe que la mayoría de ellos no hacen trabajo audiovisual, a excepción de anuncios publicitarios y esto una o dos veces al año. Otros tenemos la oportunidad de participar en promedio en dos o tres producciones de cortometrajes anualmente (No siempre actuando) y con mucha suerte trabajamos en un largometraje cada 9 0 10 años.

Aunque actualmente se están produciendo más proyectos, existe un prejuicio de los directores (en algunos casos bien fundamentado) de que los actores y actrices nacionales tendemos a mantener la técnica de proyección teatral cuando interpretamos frente a la cámara y qué es bastante difícil lograr la naturalidad con nosotros, por lo que hay una tendencia de los realizadores de trabajar con “no actores” o “actores naturales”.

En vista de todo lo anterior, creo que lo importante es buscar soluciones para mejorar la técnica de actuación ante la cámara y quiero aprovechar este espacio para proponer acciones y temas que tiendan a alcanzar ese objetivo. Igualmente todas las ideas expresadas en este artículo surgen de la consulta a personas vinculadas con el medio audiovisual: realizadores, productoras, técnicos, y también, profesionales de la actuación que han decidido interesarse en el tema, por lo que estoy seguro, todos los aportes que mencionaré a continuación serán de valiosa ayuda.

Para empezar, es importante que existan actores y actrices interesados en el tema de la actuación ante la cámara y el trabajo técnico que esto conlleva. Todo conocimiento surge primero de una necesidad de saber algo, de la conciencia de la carencia de algo ¿Cómo lleno esta carencia, esta necesidad? A partir de acá y para responder las interrogantes surgen una serie de acciones enfocadas en responder nuestras dudas, empezamos a experimentar y crear sistemas, los sometemos al trabajo práctico y ahí es dónde encontramos las respuestas a nuestras preguntas, o simplemente encontramos más preguntas. A partir de esta búsqueda teórico práctica, empieza a surgir la técnica, el método, la disciplina, el conocimiento.

Fundamental es la creación de espacios de formación para los actores y actrices por parte de las universidades, institutos y el estado mismo, esta apertura de espacios académicos permitirá de una manera ágil y oportuna traer expertos en la materia, actores y actrices con horas trabajo ante la cámara, será más fácil para los actores nacionales acceder a formaciones en el exterior, lo que dará “fogueo” internacional y abrirá puertas para posibles contrataciones o coproducciones con otros países.

Punto importantísimo, es que los realizadores y realizadoras nacionales reciban más formación acerca de la dirección de actores, y que se decidan a trabajar con ellos. Sí para lograr una actuación exitosa se necesitara dar dos pasos al frente, una buena dirección de actores por parte del realizador sería paso y medio adelante.

Con mucha satisfacción he escuchado la opinión de jóvenes y talentosos realizadores y realizadoras, acerca de la necesidad y responsabilidad, que tiene el director de un corto o de un largometraje de aproximarse a sus actores y actrices, de tener un trabajo previo a la grabación, de aprender como hablar y dirigir a sus intérpretes para acompañarlos y guiarlos en ese viaje de crear un personaje.

Para finalizar, otro aspecto importante es el del “oficio del actor” Así como en el teatro es necesario conocer el oficio, en el audiovisual sucede igual. Un actor que trabaja en teatro sabe y debe saber qué es el proscenio, dónde está ubicado, qué es la trasescena, qué es un “mutis”, un pie de texto, una luz zenital, qué labor tiene el jefe de escena, el iluminador, entre otros. Igualmente un actor que trabaje ante la cámara debe saber de planos, de movimientos de cámara, de cuál es labor del director de fotografía, de arte, del realizador, del “gaffer”, del productor. El actor debe saber del oficio en el que trabaja, esto le dará más confianza, propiedad y comprenderá mejor el fenómeno audiovisual.

Con respecto a lo anterior, quiero citar al realizador Iván Porras, refiriéndose a este asunto: “Es necesario que el actor se involucre de lleno, que busque y genere sus propios proyectos, que busque a un realizador y lo invite a trabajar con él o le presente su proyecto” Iván Porras.

Totalmente de acuerdo, lo mismo pasa en el teatro, todos los actores y actrices nacionales, hemos tenido que producir nuestros propios proyectos, buscar los patrocinadores, barrer el teatro, cobrar las entradas, actuar y lavar el vestuario ¿Por qué debería ser diferente en el audiovisual?
Hay dos opciones entonces: sentarse a esperar a que me llamen o generar mi propio trabajo artístico, y esto es igual para la mayoría de artistas en el mundo entero, son muy pocos los que pertenecen al “star system”.

¡Así que a trabajar duro y con ganas! El mejor momento de la actuación en el país es este momento. De aquí surgirá una generación de actores y actrices con una identidad propia, creadores de un lenguaje, de un gusto cinematográfico autóctono y verdadero, de un gusto costarricense.

Articulo publicado en: http://delefoco.com/

domingo, 16 de mayo de 2010

Chito (Caracterización versus Carácter verdadero) Primera parte


Chito” trabaja como recolector de basura; tiene una discapacidad en la parte izquierda de su cuerpo, todo su brazo no tiene movilidad y cojea. Tiene mucha facilidad para la escritura, pero le cuesta hablar. Le fascina el oficio de recolectar basura y le encanta escribir poesía. Ama la vida, le fascinan todas las mujeres y todo lo que tenga que ver con viajes al espacio. A veces tiene accesos de furia incontrolable entonces fuma tabaco.

Tiene la apariencia de ser desordenado y sucio pero él ama el orden, la sistematización de los procesos y por supuesto la limpieza, por eso es recolector. Chito es un personaje de la obra: “Nosotros los hombres”

Escribo sobre Chito, pues me gustaría compartir mi proceso de creación de este personaje, para cumplir con el objetivo principal de este espacio (Escribir sobre la interpretación escénica desde la vivencia) o tal vez, simplemente para tratar de aclararme yo mismo el proceso de construcción y fijarlo en mi mente objetiva; de una manera conciente ¿Acaso existe otra forma de capitalizar conocimiento?

Quiero tomar como punto de partida para este análisis, los dos hemisferios que conforman cualquier personaje: La caracterización física (Externa) y el Carácter verdadero (Interno) Cuando se empieza a intuir la importancia que juegan estos dos elementos en la conformación de un ser humano, entendemos que en un personaje deben estar mayormente perfilados, ser más agudos, más caóticos.

Al empezar a trabajar en la búsqueda de “Chito” guiado por mi director José Luís Solís, insistió en darle una caracterización física que contrastara totalmente con su carácter verdadero interno, siempre quiso que fuera un personaje de la calle, un hombre del pueblo, alguien fresco, de esas personas que con su trabajo y sudor son la verdadera base del “progreso” humano.

Para esto, usé como modelo exterior a dos amigos que conocí al trabajar en una municipalidad, dos maravillosas personas (Cochís y Betico) seres humanos completos que trabajan como recolectores de desechos, uno de ellos; “Cochís” es lo único que sabe hacer, lo ha hecho desde que era niño, ahora tiene cuarenta y tantos. Betico en cambio es un genio programando y reparando computadores, de hecho es más diestro que los propios ingenieros informáticos municipales. Con su sueldo de recolector se paga los cursos de cómputo y con las computadoras que la gente desecha y que él rescata en la basura, se ha construido un tallercito y tiene una supercomputadora hecha de partes muertas como Frankestein. Un día le pregunte por qué teniendo tanta habilidad para reparar equipos de cómputo no se dedicaba a eso. Con una gran sonrisa, mientras se lavaba sus manos después de un día lunes de arduo trabajo, me contestó que él ama lo que hace y que así se siente muy útil, lo de las “compus” es más un pasatiempo; me dijo.

De ahí nació la caracterización física de “Chito”, sin embargo al trabajar en su carácter interno, surgía una incomodidad para el actor, la parte interna de “Chito” nace del poema: “Otro poema de amor inevitable” de Jorge Debravo. En este poema Debravo hace una crítica aguda sobre el conformismo, la impersonalidad de la vida actual comparándonos con simples máquinas que se repiten constantemente, retrata la pérdida de la esencia divina del ser humano y la falta de memoria. Este es pues, el carácter verdadero de Chito, en lo que piensa, de lo que escribe cuando no está recolectando basura o limpiando algún parque.

Es como si dos personas vivieran en una misma, me costaba mucho como actor asimilar el carácter interno de Chito y justificar lo que decía con su forma física. Claro, se podrá pensar que todo eran prejuicios sociales. Pero más allá del prejuicio, continuaba esa incomodidad, esa necedad intelectual del actor de tratar de justificar todo y racionalizar más. Un día en un ensayo después de sentirme muy mal por mi proceso, le pedí a José Luís reconsiderar el perfil físico de “Chito” Pero me insistió en continuar con la búsqueda, gracias a Dios no me rendí, ya que definitivamente “Chito” es uno de los personajes que me ha dado más satisfacción y sentimiento como actor. De repente, me cansé de racionalizar y simplemente dejé que “Chito” tomara el control, era impresionante observar como él reaccionaba a las situaciones, luchaba por resolver los conflictos y ese aparente abismo entre caracterización y carácter, que me había causado tantos problemas como actor, ahora simplemente desaparecía y le daba sentido; fuerza y profundidad a “Chito” para expresarse y reaccionar ante cualquier situación que sucediera en la escena o fuera de ella.

Todavía, hace poco tratando de explicarme lo que había sucedido en la construcción de este personaje, tuve la dicha de que llegara a mis manos un artículo del guionista Robert McKee. El artículo titulado: “Estructura y Personaje” me permitió comprender parte del proceso que había atravesado al construir este personaje, y quiero compartir a continuación parte de este artículo con ustedes.

Estructura y Personaje; por Robert McKee*

Carácter versus caracterización:

La caracterización es la suma de todas las cualidades observables de un ser humano, todo lo conocible a través de un cuidadoso escrutinio: edad y coeficiente intelectual; sexo y sexualidad; estilo de hablar y de gesticular; preferencias respecto a casa, auto y vestimenta; educación y ocupación; personalidad y nerviosidad; valores y actitudes: todos los aspectos de la humanidad que podríamos saber al tomar notas respecto de alguien de manera constante. La totalidad de estos rasgos hace única a toda persona, porque cada uno de nosotros es una combinación particular de dones genéticos y experiencia acumulada. Esta singular reunión de rasgos es la caracterización… pero no es el carácter.

El verdadero carácter se revela en las decisiones que un ser humano hace bajo presión: mientras mayor es la presión, más profunda es la revelación, más verdadera la decisión en relación a la naturaleza esencial del personaje. Al decidir es.

Revelación del carácter:

La vida enseña este gran principio: lo que parece, no es lo que es. La gente no es lo que parece ser. Una naturaleza escondida espera oculta tras una fachada de rasgos. No importa lo que digan, no importa cómo se comporten, la única manera en que llegaremos a conocer en profundidad a los personajes es a través de sus decisiones bajo presión

Cuando la caracterización y el carácter verdadero se unen, cuando la vida interior y la apariencia exterior son, como un bloque de cemento, de una sola sustancia, el papel del personaje se hace una lista de conductas repetitivas, predecibles. No es como si dicho carácter no fuera creíble. Existen personas poco profundas, no dimensionales… pero son aburridas. La revelación del carácter profundo, en contraste o contradicción con la caracterización, es fundamental en los grandes personajes.

Los Personajes no son seres humanos:

Un personaje no es un ser humano, como la Venus de Milo no es una mujer verdadera. Un personaje es una obra de arte, una metáfora de la naturaleza humana. Nos relacionamos con los personajes como si fueran verdaderos, pero son superiores a la realidad

El diseño de un personaje comienza con el ordenamiento de dos aspectos primarios: Caracterización y carácter verdadero. La clave para el verdadero carácter es el deseo. En la vida si sentimos que nos ahogamos, el camino más rápido para destrabarse es preguntarnos: ¿Qué quiero? escuchar la respuesta honesta, encontrar entonces la voluntad para seguir ese deseo. Los problemas siguen estando ahí, pero estamos ahora en movimiento, con la oportunidad de resolverlos. Lo que es verdadero en la vida, es verdadero en ficción. Un personaje adquiere vida en el momento en que vislumbramos un claro entendimiento de su deseo: No sólo el consciente, sino, en un papel complejo, el deseo inconsciente también.

Pregúntese: ¿Qué desea este personaje? ¿Ahora? ¿Pronto? ¿De manera general? ¿De manera consciente? ¿De manera inconsciente? Con respuestas claras, verdaderas, uno adquiere el mando del personaje.

Tras el deseo está la motivación. ¿Por qué nuestro personaje desea lo que desea? Uno tiene sus propias ideas respecto de la motivación, pero no hay que sorprenderse si los demás la ven de manera diferente. Un amigo puede creer que la manera en que lo educaron sus padres da forma a los deseos de nuestro personaje; alguien más puede culpar al sistema educativo; todavía alguien más puede afirmar que está en los genes; todavía alguien más puede pensar que el personaje está poseído por el demonio. Las actitudes contemporáneas tienden a favorecer las mono explicaciones respecto de la conducta, más que la complejidad de las fuerzas que, más probablemente, sean el caso.

No hay que reducir los personajes a estudios de casos “clínicos” ya que, en verdad, no hay explicaciones definitivas para la conducta de nadie. Más bien, hay que llegar a un entendimiento sólido del motivo, pero al mismo tiempo hay que dejar algo misterioso alrededor de los porqués, un toque de lo irracional quizás, espacio para que el público utilice su propia experiencia vital para aumentar nuestro personaje en su imaginación.

Como Aristóteles observó, por qué un hombre hace algo, es de poco interés una vez que vemos lo que hace. Una vez que el hecho se hizo, las razones por las que lo hizo comienzan a disolverse en la irrelevancia. El público llega a entender nuestro personaje de diversas maneras. La imagen física y su ubicación en un medio dado dicen mucho, pero el público sabe que la apariencia no es la realidad, que la caracterización no es el verdadero carácter. Sin embargo, la máscara de un personaje es un indicio importante respecto a lo que va a ser revelado.


En la segunda parte de este artículo continuaré con los aportes del cineasta Robert MacKee, respecto a la estructura y personaje, en los siguientes tópicos:

La Dimensión del Personaje; El personaje Cómico; Enamorarse de sus personajes; El personaje es autoconocimiento.

Los espero y las espero por aquí, un abrazo.



Robert McKee: Guionista de numerosos largometrajes y películas para televisión, funge como consultor de compañías productoras como la Tri-star y Golden Harvest Film. En 1991 fue galardonado con el premio Huw Weldon de la BAFTA (British Academy of Film and Television Arts) por J´accuse: Citizen Kane como mejor programa sobre artes. “Estructure and Character” y “Character”, en Robert McKee, Story: Substance, Structure, Style, and the Principles of Screenwriting, Reagen Books, Harper Collins Publisher, 1977; pp. 100-109 y 374-387.

Enlace a video de Chito:
http://www.youtube.com/watch?v=0ncPFgoUn-Q