Juan Pablo Solís, me sugirió redactar una nota sobre la dirección de actores en audiovisual, desde el punto de vista del actor ¿Cómo cree el actor que un realizador lo debería guiar y potenciar sus habilidades, al construir un personaje ante la cámara?
En lo personal me parece un tema excelente y actual en la realidad del audiovisual nacional. Actualmente bastantes realizadores y realizadoras prefieren trabajar con actores naturales por diferentes motivos. En ocasiones es una opción muy valida y necesaria, como en el caso del cortometraje “Matías” de la realizadora Patricia Velásquez, en este corto dos de los protagonistas deben ser boxeadores adolescentes, para este caso particular es más fácil y apropiado buscar a dos jóvenes “no actores” que sean boxeadores y que te cumplan con el casting requerido, por la dificultad (no digamos la imposibilidad) de encontrar dos actores que tengan esas características (Casting de adolescentes y además, que sepan boxear profesionalmente) Muy inteligentemente Patricia trabaja con actores naturales, pero pone en un papel de reparto a la talentosa actriz Andrea Gómez, lo que brinda mucha seguridad y confianza para la misma realizadora y el resto del elenco.
Sin embargo, hay realizadores que prefieren trabajar con actores naturales, aduciendo no poder o no querer hacerlo con actores profesionales debido a su “histrionismo” (Termino mal utilizado) y tendencia mantener la técnica teatral. Se basan en esta premisa errónea y recurren a personas con ninguna experiencia en el arte de la interpretación, situándolos en roles protagónicos que siempre conllevan un grado de complejidad y profundidad. Al final, con contadas excepciones el resultado es de regular a mediocre.
Ahora el problema al final, pienso yo, no es de los actores que utilicen, ya sean estos profesionales, aficionados o no actores. El problema reside en un desconocimiento sobre la dirección de actores, del proceso de creación de un personaje, la falta de profundidad al analizar el personaje literario por parte del realizador y el miedo al enfrentar este personaje literario con el personaje de carne y hueso que le da el actor. De tal forma que pueden tener a la actriz o al actor más talentoso, pero aún así no se garantizan un buen suceso, debido a su propia impericia y temor como realizadores en el campo de dirigir y acompañar a un actor en el proceso de creación.
Hay tres momentos cruciales en la dirección de actores, donde se toman decisiones por parte del realizador, que van a determinar en gran medida el éxito o fracaso de su proyecto.
1) El proceso de casting
2) El periodo de ensayos antes del rodaje
3) El rodaje
En lo personal me parece un tema excelente y actual en la realidad del audiovisual nacional. Actualmente bastantes realizadores y realizadoras prefieren trabajar con actores naturales por diferentes motivos. En ocasiones es una opción muy valida y necesaria, como en el caso del cortometraje “Matías” de la realizadora Patricia Velásquez, en este corto dos de los protagonistas deben ser boxeadores adolescentes, para este caso particular es más fácil y apropiado buscar a dos jóvenes “no actores” que sean boxeadores y que te cumplan con el casting requerido, por la dificultad (no digamos la imposibilidad) de encontrar dos actores que tengan esas características (Casting de adolescentes y además, que sepan boxear profesionalmente) Muy inteligentemente Patricia trabaja con actores naturales, pero pone en un papel de reparto a la talentosa actriz Andrea Gómez, lo que brinda mucha seguridad y confianza para la misma realizadora y el resto del elenco.
Sin embargo, hay realizadores que prefieren trabajar con actores naturales, aduciendo no poder o no querer hacerlo con actores profesionales debido a su “histrionismo” (Termino mal utilizado) y tendencia mantener la técnica teatral. Se basan en esta premisa errónea y recurren a personas con ninguna experiencia en el arte de la interpretación, situándolos en roles protagónicos que siempre conllevan un grado de complejidad y profundidad. Al final, con contadas excepciones el resultado es de regular a mediocre.
Ahora el problema al final, pienso yo, no es de los actores que utilicen, ya sean estos profesionales, aficionados o no actores. El problema reside en un desconocimiento sobre la dirección de actores, del proceso de creación de un personaje, la falta de profundidad al analizar el personaje literario por parte del realizador y el miedo al enfrentar este personaje literario con el personaje de carne y hueso que le da el actor. De tal forma que pueden tener a la actriz o al actor más talentoso, pero aún así no se garantizan un buen suceso, debido a su propia impericia y temor como realizadores en el campo de dirigir y acompañar a un actor en el proceso de creación.
Hay tres momentos cruciales en la dirección de actores, donde se toman decisiones por parte del realizador, que van a determinar en gran medida el éxito o fracaso de su proyecto.
1) El proceso de casting
2) El periodo de ensayos antes del rodaje
3) El rodaje
El casting: Generalmente, y esto lo digo por experiencia propia, el casting se limita a: “Perfil, perfil, frente, sonría, diga su nombre, teléfono, edad. Lea este texto, avísenos cuando esté listo ¿Ya? OK grabamos, bla, bla, bla. Nosotros lo llamamos”
El realizador pretende encontrar a su protagonista de esta manera, espera verlo entrar caminando por la puerta, y puede ser que así sea, pero eso es como pegarse el premio mayor de la lotería.
El actor tiene el derecho a conocer su personaje, su historia, sus gustos, sus manías, sus características y su carácter. El realizador tiene el derecho de conocer a su actor, probarlo en sus límites, observar sus capacidades físicas, mentales y de expresión de sentimientos.
El casting debe ser un proceso creativo de alto nivel, el director debe observar a su actor reaccionando ante hechos concretos, esto le dará una idea de lo que puede hacer o no. El realizador al igual que un director de orquesta, siempre será quien mandé y de la pauta de la música a tocar, pero al final el que va ser escuchado tocando por el público, es el músico, el pianista. Así que no está demás, elegir un excelente intérprete, que no solo se vea bien sentado al piano, si no que lo sepa tocar.
Idealmente el actor seleccionado para ir a un casting debería tener acceso a alguna parte fundamental del guión antes de hacer la prueba, esto le dará tiempo de prepararse, de conocer el personaje o simplemente de ser sincero con él mismo y rechazar el papel, que tal vez no llene sus expectativas artísticas o que esté fuera de sus posibilidades expresivas. El actor tiene derecho a eso y el realizador trabajará mejor con un actor que conoce, al cual ha visto trabajar en los límites.
El periodo de ensayos antes del rodaje: Muy a menudo este paso intermedio de ensayos antes de la grabación no existe, o si se hace, simplemente se limita a una sesión de lectura de guión o en el mejor de los casos un simulacro de la puesta en escena, donde se ensayan aspectos técnicos y de caracterización, pero lo artístico: el carácter del personaje, su interacción natural con los otros personajes, la sustancia, se dejan de lado. Este importante proceso de ensayos no se realiza argumentando falta de tiempo, en realidad este tiempo que se pretende ahorrar, al final es cobrado en el rodaje, o en el metraje, en forma de actuaciones vacías, sin dimensión. Una ley de la mecánica dice: “Lo que se gana en una cosa se pierde en otra” y se aplica muy bien en el audiovisual. Así que una recomendación para los realizadores es que incluyan ese tiempo de ensayos pre-rodaje en los requerimientos de la producción. Creo que no se van a arrepentir, al final terminarán ahorrando tiempo y material en el rodaje y las actuaciones serán aceptables como mínimo.
Si se pudiera, es bueno contar un director de actores, un coach, para ocuparse de los aspectos meramente técnicos y de proyección de los interpretes, sobre todo si se trabaja con actores naturales, y el director no tiene experiencia como actor o dirigiendo actores.
Un buen realizador debe conocer los personajes de su película, sus manías, su carácter, debe conocerlos tanto o mejor que el propio actor. El actor solo conoce su personaje, el director debe conocer todos sus personajes, los protagonistas de su creación artística.
El trabajo del director es hacerse dueño de la idea del guionista y mejorarla aportarle cosas. El trabajo del actor es adueñarse de la idea del guionista y del director sobre su personaje, mejorarla, aportarle cosas, con su técnica, con su mente y con su intuición. Esa es una excelente dinámica de creación.
El rodaje: Como dice la realizadora mexicana María Novarro, a esta altura, si has escogido bien tu equipo de trabajo; tus técnicos; tus actores, todo va sobre ruedas, es muy difícil fallar. Si te equivocaste en el casting, es muy difícil que te vaya bien.
Bueno, supongamos que se hizo un buen proceso de casting, se tomó tiempo prudencial para ensayar con los actores, entonces a está altura lo mínimo que puede suceder es el éxito del proyecto.
En este punto es bueno que el actor tenga acceso a parte del guión técnico, para que conozca el tipo de planos, los emplazamientos de cámara y los movimientos. Esto le permitirá hacer un repaso mental de su trabajo y acoplarlo con los requerimientos técnicos de grabación o filmación, lo que le permitirá proyectar mejor su personaje, ahorrar energía y dirigir su concentración para acentuar lo que se debe acentuar. Para esto obviamente el actor debería conocer de su oficio, saber al menos lo básico del lenguaje audiovisual, esto es algo en que los actores y actrices nacionales debemos trabajar.
Generalmente cuando se empieza el rodaje, es la primera vez que el actor estará ahí, muy pocas veces se cuenta con la dicha de ensayar en la misma locación del rodaje. Es importante que el realizador le permita a sus actores reconocer el espacio y si es posible ensayar en él previo a la grabación, sin tener que preocuparse por aspectos técnicos como: el encuadre, el movimiento, la luz, etcétera. Esto le permitirá al actor conocer su nuevo espacio de trabajo y crear para si mismo, para sus compañeros de escena, para el realizador y para el director de fotografía: imágenes y sensaciones nuevas, que pueden llegar a aportar mejoras en el plan de trabajo o la calidad artística de la escena (El delicioso encanto de la intuición) a veces es muy bueno grabar estos ensayos, pero repito: sin que el actor tenga que preocuparse por cuestiones técnicas.
Es cierto que en una producción se tiene que trabajar con horario rígido, el death line está siempre detrás como una sombra negra amenazante y cuando la sombra desaparece por segundos, entra en su lugar el productor a recordar constantemente la carrera contra el tiempo. Esto es así en todo el mundo, pero si se saca el tiempo necesario para trabajar los personajes con los actores, que son parte fundamental del producto final, el resultado siempre será exitoso.
Por último, me gustaría compartir parte del consejo que da el cineasta Robert McKee, a los guionistas al momento de trabajar con actores y actrices. Este consejo bien se puede aplicar al trabajo de dirección de actores por parte del realizador:
Hay que darle libertad al actor: Hay que darle al actor la máxima oportunidad de usar su creatividad; no llenar la página con constantes descripciones respecto a conductas, matices en los gestos, en los tonos de voz:
“Bob se recarga en el atril, cruzando una pierna sobre la otra, con uno de sus brazos en jarra. Mira sobre las cabezas de los estudiantes, arqueando una ceja pensativamente:
Bob: (Flemáticamente) Bla, bla, bla, bla…”
Bob: (Flemáticamente) Bla, bla, bla, bla…”
Otro ejemplo:
Bárbara:(Ofreciendo una taza a Jack) ¿Quieres esta taza de café, querido?
El público ve que se trata de una taza de café; el gesto dice: “¿Querrías esto?”; la actriz está sintiendo lo de “querido” Sabiendo que menos significa más, la actriz se volverá a su director y le dirá: “Larry, ¿Tengo qué decir:” ¿Quieres esta taza de café, querido? Digo, le estoy ofreciendo la maldita taza, ¿No? ¿No podríamos quitar esa línea?” La línea se quita, la actriz ilumina la pantalla al silenciosamente ofrecerle al hombre una taza de café, mientras el guionista se encoleriza: “Están haciendo pedazos mis diálogos” Robert McKee
Hasta la próxima…
Fuente:
Revista: Estudios Cinematográficos #28