Hola.
Aquí les dejo la tercera parte de "Entrenamiento Actoral" de Eric Morris. Personalmente he estado trabajando con los ejercicios que propone Morris y me han dado un resultado excelente, la busqueda es interna pero es maravillosa la sensación que se experimenta cuando se toca algún nudo interno y se arroja uno sin miedo o con miedo para resolver ese nudo. Aunque se sienta que el avance interno es mínimo (causa) lo que el cuerpo proyecta (efecto) es grandioso; y los cambios se notan. Obviamente es necesario el ejercicio constante, pero la recompensa es deliciosa. Como dice el mismo Morris: "No eres sólo lo mejor que tienes, eres lo único que tienes" Bueno mucha hablada; aquí les dejo la parte tres ¡Ah! y sigo esperando comentarios; aportes; temas; etc.
ANTES DE ACTUAR SE DEBE SER
El ejercicio del SER
que acabamos de ver en el capitulo anterior, ya sea hecho individualmente o en grupo, será diferente cada vez porque el SER del actor y las cosas que hace para evitarlo son únicas.
El éxito del ejercicio,
tal como lo demostramos E.J. y yo, depende de la habilidad y experiencia del maestro o director.
El ejercicio el SER puede transformarse en un arma de manejo mental en manos de un maestro o director que no comprenda totalmente el trabajo y que no lo haya experimentado personalmente.
Yo tomo la responsabilidad de manejar a E.J. y guiarla hasta ciertas áreas porque, después de quince años de experiencia docente, puede advertir la diferencia entre manejo creativo y manejo destructivo.
Las motivaciones
del maestro y su percepción para saber qué decir y cuándo, son factores fundamentales y que hacen toda la diferencia.
La actuación
es el arte de SER y hay muchas técnicas y cientos de ejercicios que ayudan a lograr ese estado de SER.
Esperamos que en los próximos capítulos puedan aprender y usar estos ejercicios e incorporarlos a su propia tarea.
No es algo que sucede todas las noches.
Se debe practicar diariamente.
Cada uno debe encontrar su propio sistema de trabajo.
Esto se logra con experimentación, observación, aprendiendo con distintos maestros y probando las técnicas uno mismo.
Muchos actores
aprenden a actuar imitando a otros actores.
Después de quince o veinte años e observar a actores en la pantalla o en el escenario, uno adquiere un repertorio inconsciente de gestos y cosas para hacer.
Generalmente, emulamos a aquellos que admiramos, pero este tipo de emulación es peligrosa para los actores, porque uno termina haciendo, externamente, cosas que vienen de otros actores y que nos impiden descubrir quienes somos con qué podemos contribuir.
Uno es tan individual
como sus impresiones digitales, y precisamente esa individualidad es nuestra mejor contribución.
No eres sólo lo mejor que tienes, eres lo único que tienes.
Desgraciadamente, entre actores y actrices existe una negativa al trabajo duro.
Muchos sostienen el mito de que pueden conseguir el éxito sólo con el talento, sin conocimiento de la técnica.
Otros creen que el estudio de una técnica aniquilará el talento al interferir entre los "instintos naturales".
Otros, precariamente, dependen de patas de conejo, se hacen la señal de la cruz antes de salir a escena, nunca silban en los camarines, toman vitamina B12 miel y jugo de limón caliente, estimulantes, calmantes o marihuana.
Algunas de estas cosas pueden hacerte sentir mejor, pero ninguna te ayudará a actuar.
Un actor debe detenerse
en un momento dado y decidir a qué nivel de creatividad quiere funcionar.
Entonces debe ocupar todo su tiempo en conseguirlo, aún haciendo el ridículo, si fuera necesario.
Debe encontrar y aplicar una técnica hasta que se le haga un hábito.
La mayoría de los ejercicios se han transformado en técnicas vitales para la terapia actoral.
Los problemas en la actuación son a menudo los mismos en la vida.
Si uno tiene dificultad para exponer algunos aspectos de sí mismo fuera de escena, tendrá aún más dificultad para exponerlos en ella.
A menudo
un problema actoral no puede resolverse si no cambia algo en la vida del actor.
La gente llega a la profesión de actor con todos los tabúes de nuestra sociedad,
reglas impuestas por padres,
escuelas
iglesias.
Todas esas restricciones son anti-SER:
"Los chicos deben ser vistos y no oídos...
Deja de imaginar cosas porque estás perdiendo el tiempo...
Sé buena...
Los hombres no lloran ...
Una nena buena no hace eso..."
Y miles de otras instrucciones que incesantemente van minando nuestra libertad.
Entonces, uno, como actor, debe utilizar la mayor parte del tiempo en el trabajo de encontrarse y liberase a si mismo.
¿Qué nos impide SER?
A-Las consecuencias.
B-El miedo al ridículo.
C-La retracción.
La violación de nuestra "imagen".
D-El tiempo y la posición ("He estado trabajando durante tanto tiempo que debo mantener mi imagen").
E-La edad ("Estoy demasiado viejo para estos experimentos").
F-El miedo al fracaso.
Definido someramente,
el talento es la habilidad para ser afectado por una enorme cantidad de cosas y poder expresar, con imaginación, todo lo que se siente ante cada cosa.
Pero, debido a las presiones sociales, como actores hemos aprendido a aceptar sólo los elementos positivos de nuestro talento y a negar los negativos.
Pero uno no debe hacer eso.
Como instrumento creativo, uno no puede decir:
"Esto está bien y es correcto que lo sienta y lo exprese, pero esto está mal y no es correcto que lo sienta y lo exprese".
Uno no puede hacer esto porque pone al instrumento en cortocircuito.
Si se sienta allí y se dice:
"No voy a mostrar a nadie lo que me pasa",
ya que está colocando una máscara a todo lo que haga.
Una expresión lleva a otra y, en el instante en que se frena un impulso, se detiene el fluir del SER.
Yo puedo decir si un actor funciona o no en diez segundos,
tan pronto como se levanta de donde está sentado.
Se puede ver si incorpora lo que le pasa o lo suprime, si la vida está presente o ausente.
El concepto de SER, SER ANTES DE HACER, SER ANTES DE ACTUAR, se basa en el conocimiento, la aceptación y la expresión de todo lo que se siente.
Mucha gente piensa en las emociones como positivas o negativas.
Establecen juicios de valor sobre emociones "lindas" y "no lindas", "malos sentimientos", "buenos sentimientos".
Pero yo no creo que haya nada positivo o negativo en lo que se siente.
Como decimos a menudo en clase: "Todo es número seis".
Yo elegí arbitrariamente el seis; pudo haber sido el ocho.
El hecho de elegir cualquier número significa que todas las emociones tienen el mismo valor y ninguna reacción emocional tiene más valor que la anterior.
En las pruebas,
la mayoría de los actores eligen un material impactante para demostrar sus habilidades.
Muy pocos actores eligen escenas simples.
Esto se debe al concepto equivocado de que las emociones más fuertes son más importantes.
Yo soy un ser humano sensible y vulnerable.
Esos son elementos positivos de mi talento.
Las mismas cosas que me hacen sensible y vulnerable también me hacen inseguro, ansioso, depresivo, tenso y hostil.
Los mismos elementos que me afectan positivamente también lo hacen negativamente.
Así, por ejemplo,
yo entro en la oficina de un productor.
Está filmando una película.
¿Le digo "soy un elemento sensible y vulnerable, pero también depresivo, inseguro y ansioso"?
No, no puedo decírselo. No quiero que vea mi depresión y mi miedo.
Entonces, lo escondo.
Y en el momento en que escondo algo, suprimo todo.
Escondo todo.
Y entonces no funciono.
¿Qué debo hacer en cambio?
Entro, me siento, y en lugar de comenzar con qué-buen-tiempo-tenemos-y-qué-pesado-está-el-tránsito-desde-el-valle-, el productor me dice "¿Cómo está?", y yo puedo responder: "Bueno... no tan bien en este momento.
Tengo una pequeña tensión, porque hace mucho tiempo que no trabajo y me gustaría conseguir esta oportunidad, pero al mismo tiempo tengo miedo de decírselo porque usted puede pensar que soy demasiado inseguro para el trabajo.
Excepto que realmente demuestre quién soy, para que usted pueda ver mi talento.
Pero para llegar a esto, debo comenzar por cómo me siento en este momento".
Usando este sistema,
uno puede volver loco al cincuenta por ciento de los posibles empleadores.
Pero el otro cincuenta por ciento, los amantes de la verdad, responderá, porque más allá de las entrevistas telefónicas habituales, se habrá creado un momento significativo.
Si uno expone sus limitaciones y permite que los demás las vean, ya no hay nada que esconder.
Uno está funcionando en un nivel de realidad y, desde ese nivel de realidad, se puede ser creativo.
Desde un nivel de basura cotidiana no se puede crear nada.
Una vez establecido el estado de SER y cuando se está funcionando en esos términos, uno está listo para abordar las intenciones de un autor y los requerimientos, uno está listo para abordar las intenciones de un actor y los requerimientos de un personaje.
Se encontrará un camino para llegar al estado de vida que requiere el papel:
En otras palabras, uno va desde su SER al SER necesario para el personaje.