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viernes, 4 de diciembre de 2009

Parte Final de Entrenamiento Actoral


Hola, bueno aquí les dejo la parte 8 y final del artículo "Entrenamiento Actoral" por Eric Morris. Espero que haya sido de su agrado, a mi en lo personal me aportó muchísimo en la búsqueda de la naturalidad en escena. Espero sus comentarios, aportes y sugerencias.


PREPARÁNDOSE PARA ESTAR PREPARADO


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Tensión: Cómo afecta al actor



De acuerdo al diccionario,

la tensión es el acto de estirar o contraer, provocando un estado de rigidez, de contracción mental y de ansiedad.

Sin entrar en los orígenes psicológicos de la tensión - eso es para los libros de medicina- nos dedicaremos a ella en lo que respecta a la actuación.



La tensión

es un estado de SER que todos los actores experimentan y, generalmente, es algo con lo que el actor deberá enfrentarse toda su vida.



Se manifiesta de miles de formas, tantas como actores.

Puede ser

1-una rigidez en los músculos de varias partes del cuerpo

A-(cuello,

B-hombros,

C-manos,

D-brazos,

E-etc.),

2-palmas húmedas,

3-boca seca,

4-palpitaciones,

5-manos temblorosas,

6-dificultad en la respiración,

7-presión en el pecho, etc.



El actor se siente terriblemente incómodo y molesto.

Estos son algunos de los síntomas de la tensión física.



A-La tensión mental afecta al pensamiento del actor.

B-Sufre, desde una multitud de pensamientos que le impiden recordar el texto, hasta la ausencia total de pensamiento y la incapacidad de pensar cualquier cosa.

C-Está como fuera del espacio, con los ojos en blanco y una gran rigidez en los párpados.



La tensión física y la mental generalmente se producen juntas, ambas paralizan al actor, dejándolo indefenso en escena, incapaz de ser afectado o responder, incapaz de funcionar en un nivel orgánico.



Preguntas frecuentes

¿Qué podemos hacer contra este enemigo?

¿Por qué se produce?

¿Qué la provoca?

¿Es completamente nociva?

¿O tiene algunos aspectos positivos?

¿Puede ser usada?

¿Cómo?



Discutiremos estas preguntas

La tensión es el problema número uno del actor, porque a menos que sepa cómo aliviarla, no podrá hacer nada más.

Muchos actores nunca logran llegar al núcleo de su real talento, porque funcionan sobre sus tensiones.



La tensión puede compararse con una botella con corcho.

Imaginemos por un momento que el ser humano es una botella llena de emociones e impulsos.

Si alguien pusiera una tapa sobre la botella no saldría nada.

La tensión actúa como freno y, debajo de él, todo queda encerrado.

Entonces, el actor se impone un comportamiento por encima del freno, pero esta actitud sólo conduce a actuaciones intelectuales, conceptuales.



Los actores

se acostumbran fácilmente a funcionar por encima del freno, sin confrontar la vida que permanece abajo.

Desarrollar actitudes propias, elementos de "personalidad", amaneramientos que conocen bien y que también los protegen.

Sin embargo, negando las tensiones y lo que se esconde debajo de ellas, están desperdiciando el 90% del talento.



Sus conductas en escena

son :

conceptuales,

imposicionales

predecibles.



Todos hemos oído

a actores que admiten que antes de salir a escena experimentan una pequeña tensión, pero que desaparece mágicamente cuando ponen un pie en el escenario.



Si uno es de esos actores y sucede de esa manera siempre, sólo resta saltear este capítulo.

Sin embargo, uno puede engañarse y creer que está relajado.

Se puede esconder la tensión sin percibir su presencia.

Este tipo de engaño y falsa sensación de bienestar es peligrosa para uno como actor, impidiéndole llegar al nudo de la verdadera creación.



Cuando se intenta vencer un problema humano,

la primera mitad de la batalla consiste en reconocer que existe.

La mayoría de los actores niegan la existencia de sus tensiones; las suprimen tan completamente que sólo pueden trabajar en un nivel superficial, un comportamiento fácil, que a veces puede ser interesante, pero nunca puede ser real y orgánico.



Uno ha visto actores que están aparentemente relajados.

parecen calmos y con un control absoluto, pero sus comportamientos no son totalmente reales y creíbles.

Están trabajando demasiado rápido, haciendo más de lo que deberías.

Este tipo de actor, aparentemente calmo y relajado, elude sus propias sensaciones durante escena.

Cuando esta finaliza, se puede observarlo mientras desciende del escenario y toma un vaso o prende un cigarrillo.

De pronto, uno puede advertir que sus manos tiemblan.

Lo mismo pueden estar haciendo las rodillas.

Muchos actores se acostumbran a eludir sus tensiones porque durante años de experiencia han aprendido a anteponerles una naturalidad estudiada.



A menudo, estos actores, son considerados como competentes, y pueden ganar grandes sumas de dinero.

Pueden ser competentes, pero ¡nunca excitantes!



En el otro extremo,

está el actor demasiado preocupado por sus tensiones.

Sabe que es un miserable, pero como no entiende su tensión o como no sabe cómo ayudarse, se paraliza y se rinde, incapaz de trabajar.



Literalmente, se aparta .

En un campo tan competitivo como el teatro, es perjudicial "mostrar" la tensión.

Se puede perder un trabajo si uno no demuestra confianza en sí mismo, ellos no tendrán confianza en uno y le darán el papel a otro.

Así, uno se acostumbra a esconder la tensión y, después de años de hacerlo, se la esconde hasta de uno mismo.

FIN

(Gentileza Daniel Rivera)

2 comentarios:

  1. Cuando estaba leyendo este artículo me recordó justamente las creativas formas que tiene el cuerpo de generar tensión. En mi caso particular, me llevó un tiempo darme cuenta de que mi garganta se cerraba un poco cada vez que empezaba la función. Esto me generaba incomodidad, dificultad para proyectar la voz y repetidos sonidos en trasescena para aclarar la garganta... ¡toda una calamidad!
    Creo que el primer paso para poder trabajar con la tensión es determinar cómo se manifiesta en cada uno, y aunque parezca muy básico y evidente, es lo que más cuesta.
    También considero que es importante trabajar en ejercicios que permitan canalizar la tensión hacia resultados positivos.
    Creo que la tensión ha sido "satanizada" hasta el punto de que a los actores y actrices nos da "miedo" siquiera pensar en estar tensos, cuando en realidad es un estado tan natural en el ser humano como el estar relajado.
    ¿Qué opinás vos Dacapo?

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  2. Toda la razón Miss Lechuza, la tensión es tan necesaria como la relajación, de hecho para qué exista acción, conflicto, emoción debe haber tensión. Pero hay diferentes tipos de tensión, mi opinión es qué la tensión física qué nos afecta al entrar a escena no es tan peligrosa y màs bien puede convertirse en un elemento qué nos mantenga en el momento presente, en el estado de ser al qué se refiere Morris. Por ejemplo si ese día tenés un dolor de muela tenés dos caminos: Uno; preocuparte por qué el dolor no te va a permitir concentrarte en lo que pensaste intelectualmente qué tu personaje debía hacer ese día y vas pasar divagando durante toda la interpretación sobre el dolor de muela y lo mal qué le hace a tu interpretación. Y está el camino número dos qué sería incorporar ese dolor a tu interpretación, adaptarlo a tu personaje, entonces el personaje ganará en volumen se volverá más interesante y además, cada vez qué empieces a divagar y salirte del ahora, del estado de ser, entonces tu dolor de muela te recordará qué estás en escena y debés darlo todo.
    Entonces resumiendo Miss Lechuza, desde mi punto de vista la tensión más dañina es la tensión mental, o lo qué es lo mismo poner mi mente dónde no esté mi cuerpo.
    Cómo decía el maestro: Usted no puede actuar dónde usted no es, usted no puede actuar dónde usted fue, usted no puede actuar dónde usted será, usted solo puede actuar dónde usted ES y usted ES aquí y ahora.

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